El
polonio, primer elemento descubierto a causa
de su radiactividad, fue encontrado en la pechblenda
en 1898 por la química francesa de origen
polaco Marie Curie, quien le puso el nombre
de su país de origen. Es uno de los elementos
de la serie de desintegración radiactiva
del uranio–radio, cuyo primer miembro
es el uranio 238. Existe en los minerales que
contienen radio, y se encuentra en formas isotópicas
con números másicos que varían
entre 192 y 218. El polonio 210 (llamado también
radio-F), es el único isótopo
existente en la naturaleza y tiene una vida
media de 138 días. El polonio tiene un
punto de fusión de 254 °C, un punto
de ebullición de 962 °C y una densidad
relativa de 9,4.
Debido
a que casi todos los isótopos del polonio
se desintegran emitiendo partículas alfa,
el elemento es una buena fuente de radiación
alfa pura. Se usa también en investigación
nuclear con elementos como el berilio, que emiten
neutrones al bombardearlos con partículas
alfa. En la industria tipográfica y fotográfica,
el polonio se utiliza en mecanismos que ionizan
el aire para eliminar la acumulación
de cargas electrostáticas.