PROPIEDADES
DEL ORO
El
oro puro es el más maleable y dúctil
de todos los metales. Puede golpearse con un
martillo hasta conseguir un espesor de 0,000013
cm, y una cantidad de 29 g se puede estirar
hasta lograr un cable de 100 km de largo. Es
uno de los metales más blandos y un buen
conductor eléctrico y térmico.
Como otros metales, finamente pulverizado presenta
un color negro, y en suspensión coloidal
su color varía entre el rojo rubí
y el púrpura (véase Coloide).
Es
un metal muy inactivo. No le afectan el aire,
la humedad, ni la mayoría de los disolventes.
Sólo es soluble en agua de cloro, agua
regia o una mezcla de agua y cianuro de potasio.
Los cloruros y cianuros son compuestos importantes
del oro. Tiene un punto de fusión de
1.064 °C, un punto de ebullición
de 2.970 °C y una densidad relativa de 19,3.
Su masa atómica es 196,967.
ESTADO
NATURAL DEL ORO
El
oro se encuentra en la naturaleza en las vetas
de cuarzo y en los depósitos de aluviones
secundarios como metal en estado libre o combinado.
Está distribuido por casi todas partes,
aunque en pequeñas cantidades, ocupando
el lugar 75 en abundancia entre los elementos
de la corteza terrestre. Casi siempre se da
combinado con cantidades variables de plata.
La aleación natural oro-plata recibe
el nombre de oro argentífero o electro.
En combinación química con el
teluro, está presente junto con la plata
en minerales como la calverita y la silvanita,
y junto con el plomo, el antimonio y el azufre
en la naguiagita. Con el mercurio aparece como
amalgama de oro. También se encuentra
en pequeñas cantidades en piritas de
hierro, y a veces existen cantidades apreciables
de oro en la galena, un sulfuro de plomo que
suele contener plata. En el agua de mar se encuentra
en una proporción de 5 a 250 partes en
masa por cada 100 millones de partes de agua.
Aunque la cantidad total de oro en el agua marina
rebasa los 9.000 millones de toneladas, el costo
de su extracción superaría su
valor real.
APLICACIONES
DEL ORO
El oro se conoce y aprecia desde tiempos remotos,
no solamente por su belleza y resistencia a
la corrosión, sino también por
ser más fácil de trabajar que
otros metales y menos costosa su extracción.
Debido a su relativa rareza, comenzó
a usarse como moneda de cambio y como referencia
en las transacciones monetarias internacionales
(véase Patrón oro). La unidad
para medir la masa del oro es la onza troy,
que equivale a 31,1 gramos.
La
mayor parte de su producción se emplea
en la acuñación de monedas y en
joyería (véase Metalistería).
Para estos fines se usa aleado con otros metales
que le aportan dureza. El contenido de oro en
una aleación se expresa en quilates.
El oro destinado a la acuñación
de monedas se compone de 90 partes de oro y
10 de plata. El oro verde usado en joyería
contiene cobre y plata. El oro blanco contiene
cinc y níquel o platino.
Se
utiliza también en forma de láminas
para dorar y rotular. El púrpura de Cassius,
un precipitado de oro finamente pulverizado
e hidróxido de estaño (iv), formado
a partir de la interacción de cloruro
de oro (iii) y cloruro de estaño (ii),
se emplea para el coloreado de cristales de
rubí. El ácido cloráurico
se usa en fotografía para colorear imágenes
plateadas. El cianuro de oro y potasio se utiliza
para el dorado electrolítico. El oro
también tiene aplicaciones en odontología.
Los radioisótopos del oro se emplean
en investigación biológica y en
el tratamiento del cáncer (véase
Isótopo trazador).
EXTRACCIÓN
DEL ORO
El
procedimiento más simple para extraer
el oro es el lavado en batea, por medio de una
fuente circular que suele tener una pequeña
cavidad en su fondo. El buscador de oro procede
a llenar la fuente con arena o grava mezcladas
con pequeñas partículas de oro,
agitándola en el seno de una suave corriente
de agua. Las partes más ligeras de la
grava se van con el agua y las partículas
de oro van quedando en el fondo de la batea.
Con
el tiempo se han desarrollado nuevos métodos
de extracción, como el método
hidráulico, que consiste en dirigir una
potente corriente de agua contra la grava o
arena. Con esa operación los materiales
se fragmentan y se filtran a través de
unos conductos en los que el oro se va depositando,
mientras que la grava flota y se retira. En
la extracción en ríos se suelen
utilizar dragas elevadoras. Estas dragas son
barcazas con fondo plano que se sirven de una
cadena continua de pequeños cangilones,
que recogen el material del fondo del río,
vaciándolo sobre la draga en un trómel
o arcaduz (recipiente hecho de cerniduras).
El material va girando en el trómel a
medida que el agua cae sobre él. La arena
con el oro se sumerge a través de las
perforaciones del trómel, cayendo en
unas planchas cuyo movimiento va concentrando
el oro. También puede hacerse el dragado
en lechos secos de antiguos ríos, siempre
que se encuentre agua abundante a una distancia
razonable. Para ello se cava un hoyo y se introduce
la draga, que flota en el agua bombeada desde
la fuente adyacente.
Con
frecuencia se descubren depósitos de
rocas que contienen oro, por pequeños
afloramientos en la superficie. Estos yacimientos
se trituran con máquinas especiales.
El
oro se extrae de la grava o de rocas trituradas
disolviéndolo en disoluciones de mercurio
(proceso de amalgama) o de cianuro (proceso
de cianuro). Algunas menas, sobre todo aquellas
en las que el oro está combinado químicamente
con teluro, deben ser calcinadas antes de su
extracción. El oro se recupera de la
solución y se funde en lingotes. Para
que una roca sea rentable debe contener un mínimo
de una parte de oro por 300.000 partes de material
desechable.
La
forma más rara del oro son las pepitas.
La más grande, la Welcome Stranger, de
unos 70,8 kg, apareció casualmente bajo
la superficie del suelo al chocar la rueda de
un vagón contra ella, en Victoria (Australia),
en el año 1869.
PRODUCCIÓN
DEL ORO
La obtención de oro data de las culturas
etrusca, minoica, asiria y egipcia, cuando los
placeres de oro procedían de arenas y
gravas aluviales, y se extraía por el
simple proceso de lavado con batea. El oro se
obtenía también de esta forma
en India, Asia central, el sur de los montes
Urales y en las regiones del este del Mediterráneo.
Con los primeros progresos en las técnicas
de extracción, se explotaron las vetas
de auríferos primarios, alcanzando este
tipo de extracción cierta importancia
en la era precristiana. Durante la edad media
apenas hubo progresos significativos en la producción
y extracción del oro.
En
el siglo XVI, el valor de las reservas de oro
en Europa apenas alcanzaba la cifra de 225 millones
de dólares. Con el descubrimiento de
América, y hasta comienzos del siglo
XIX, la producción mundial alcanzó
unos 4.665.000 kg (unos 150 millones de onzas
troy). América del Sur y México
se convirtieron en ese periodo en grandes productores.
La colonización española del continente
americano supuso a partir del siglo XVI un importante
incremento en la producción de oro del
Nuevo Mundo para su posterior exportación:
entre los años 1521 y 1660, los españoles
sacaron de América más de 200
toneladas de este metal. La afluencia de oro
y plata transformó la economía
del Viejo continente y el metal precioso se
convirtió en un instrumento político.
En el siglo XVI la producción de México
llegó a alcanzar el 9% del total de la
producción mundial. A partir del siglo
XVIII, se descubrieron nuevos yacimientos: California
(Estados Unidos) en 1848, Australia en 1851
y Transvaal (República de Suráfrica)
en 1886.
En
la actualidad, Suráfrica es el mayor
proveedor mundial de oro, con una producción
anual que ronda las 500 toneladas. Sus minas
más importantes se encuentran en Witwatersrand.
Hay otros 70 países que producen oro
en cantidades comerciales, pero alrededor del
80% de la producción mundial proviene
de Suráfrica y de Estados Unidos, y en
menor medida, de los países de la antigua
URSS , Australia, Canadá, China y Brasil.
Otros países con producción notable,
aunque inferior, son México, Chile, Colombia
y Filipinas.